A la hora de hacernos con algún cacharro de cocina, una de las grandes cuestiones que nos suelen condicionar es si vamos a darle un uso suficiente o va a acabar convirtiéndose en un tiesto más, olvidado en un espacio recóndito de la estantería, ese tipo de cacharro que inevitablemente acaba generando la temida pregunta, ¿si no ibas a utilizar esto, para que lo compraste?.
Uno de esos cacharros que ocupan mucho y se usan poco (al menos en mi caso) son las bandejas-molde para magdalenas. Hace unos días me llegó, a través de una de esos canales de facebook que se dedican a repostear de todo, esta idea tan original, que además abre la vía a dotar de nuevos usos a mi olvidada bandeja y justificar su permanencia en mi cocina.
¿Qué cacharros tenéis vosotros en vuestras cocinas que llevan demasiado tiempo olvidados?
Estas flores de patata son estupendas si queréis hacer una guarnición original y sabrosa para cualquier plato, más allá de las manidas patatas panaderas. Además, sobre la misma base admite infinitas variaciones en función de tu gusto y de lo que tengas en la nevera.
Uno de esos cacharros que ocupan mucho y se usan poco (al menos en mi caso) son las bandejas-molde para magdalenas. Hace unos días me llegó, a través de una de esos canales de facebook que se dedican a repostear de todo, esta idea tan original, que además abre la vía a dotar de nuevos usos a mi olvidada bandeja y justificar su permanencia en mi cocina.
¿Qué cacharros tenéis vosotros en vuestras cocinas que llevan demasiado tiempo olvidados?
Estas flores de patata son estupendas si queréis hacer una guarnición original y sabrosa para cualquier plato, más allá de las manidas patatas panaderas. Además, sobre la misma base admite infinitas variaciones en función de tu gusto y de lo que tengas en la nevera.