En pocas horas saldremos de viaje a Galicia, así que no encuentro mejor manera de celebrarlo que esta receta tradicional que no puede faltar en cualquier recetario básico. El pulpo a feira, o pulpo a la gallega, como se conoce en el resto de España, es una de esas maravillas que refleja lo esencial de la cocina gallega, producto de calidad y una elaboración sencilla que procura sacar todo el partido a la materia prima.
Es una receta sencilla, pero hay que seguir ciertas reglas para que resulte exitosa. El pulpo tiene una carne muy compacta, formada por finísimas fibras musculares y reforzada con fibras de colágeno. La clave del éxito es conseguir romper esas fibras manteniendo la integridad de la piel. Lo tradicional es darle una paliza al pulpo, pero ese mismo efecto se consigue mediante la congelación previa del animal.
Es una receta sencilla, pero hay que seguir ciertas reglas para que resulte exitosa. El pulpo tiene una carne muy compacta, formada por finísimas fibras musculares y reforzada con fibras de colágeno. La clave del éxito es conseguir romper esas fibras manteniendo la integridad de la piel. Lo tradicional es darle una paliza al pulpo, pero ese mismo efecto se consigue mediante la congelación previa del animal.