Hoy, un guisito de carne. Voy a preparar carrillada ibérica, una pieza que se ha vuelto muy popular (quizás en exceso) y que te la encuentras en infinitas versiones en otros tantos bares y restaurantes. En mi receta, la carrillada va con una salsa (puré) de cebollas y zanahorias y acompañada de arroz tricolor. La foto ha salido chunguilla, desenfocada y parece que le he fundido una loncha de cheddar en lo alto, pero prometo que es la salsa y que estaba deliciosa.
Hoy comienzo una sección dedicada a facilitar ese delicado momento en el que, sin darte cuenta, te has colado en la hora de la cena y no tienes nada en la cabeza. ¿Cómo salir de la pasta, tortilla, etc, sin renunciar a la calidad? Bueno, pués en esas estamos.
Plantearé platos sencillos, y sobre todo rápidos de hacer. En ocasiones tiraré de productos envasados, pero siempre con la idea de distinguir entre los que merecen y los que no merecen la pena por su calidad, su sabor y su valor nutritivo.
Hoy, voy a preparar un risotto de paquete, que no de sobre, concretamente el Risotto mediterráneo de la marca Trevijano, un producto que nos permite tener en 20 minutos una cena muy resultona.
4. Mientras se hace el arroz, vamos rallando el queso.
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Plantearé platos sencillos, y sobre todo rápidos de hacer. En ocasiones tiraré de productos envasados, pero siempre con la idea de distinguir entre los que merecen y los que no merecen la pena por su calidad, su sabor y su valor nutritivo.
Hoy, voy a preparar un risotto de paquete, que no de sobre, concretamente el Risotto mediterráneo de la marca Trevijano, un producto que nos permite tener en 20 minutos una cena muy resultona.
A la hora de probar este tipo de productos, lo primero es mirar los ingredientes, se publicita como 100% natural, sin colesterol y apto para celiacos, y, si la lista de ingredientes es cierta, así lo parece:
Arroz, tomate, calabacín em rodajas, aceitunas en rodajas, cebolla, ajo y orégano. Primera prueba superada.
Arroz, tomate, calabacín em rodajas, aceitunas en rodajas, cebolla, ajo y orégano. Primera prueba superada.
El aspecto de las verduras en el paquete no es muy apetecible y se debe a que se presentan deshidratadas. La deshidratación es un proceso muy antiguo que ayuda a preservar los alimentos durante mucho tiempo, conservando la mayor parte de sus nutrientes, extrayendo para ello el agua que contienen. La ausencia de agua dificulta el impide el desarrollo microbiano y, en la mayoría de los casos, la rehidratación hace que el alimento recupere la mayoría de sus propiedades.
El envase de 280 gramos dice ser para 3 o 4 raciones, pero sinceramente, para 4 raciones es un poco escaso.
INGREDIENTES (Para 3 personas)
- Un paquete de risotto mediterráneo Trevijano (en el Carrefour o el Eroski lo tienen)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Medio vaso de vino blanco (yo uso fino de Montilla)
- 750 ml de agua caliente
- Una cucharadita de mantequilla
- Tres cucharadas de queso parmesano rallado.
- Sal al gusto
PREPARACIÓN
1. Ponemos a calentar en una cacerola ancha el aceite de oliva, añadimos el contenido del envase y lo sofreimos un par de minutos para que el arroz se impregne bien del aceite.
2. Añadimos el vino blanco y removemos.
3. Cuando se consuma el vino, añadimos poco a poco el agua caliente, la sal al gusto y dejamos el arroz cociendo a fuego lento durante 18 a 20 minutos, removiendo con frecuencia. Lo del fuego lento es importante, que borbotee suavemente. Si lo ponemos demasiado fuerte, evaporaremos demasiada agua y el arroz quedará duro, teniendo que añadir algo más de agua al final.
4. Mientras se hace el arroz, vamos rallando el queso.
5. Cuando falten un par de minutos, añadimos la mantequilla y removemos bien todo.
6. Ya en el último momento, añadimos el queso, le damos un par de vueltas y ya está listo para comer.
COMENTARIOS
En mi opinión, el resultado es más que decente, tratándose de un producto envasado como este, se le podría dar una nota bastante alta.
Cuando lo estás cocinando, el aroma es muy apetecible, dominando por encima de todo el orégano. El aspecto es cremoso y sin pegotes y el sabor, desde mi punto de vista, muy bueno, destacando el gusto a vino blanco y orégano.
El único pero que le puedo poner es que la rehidratación de los vegetales no es igual en todos los casos, y el calabacín, que viene en rodajas, queda minúsculo y un tanto correoso.
La información nutricional del etiquetado me parece escasa y, como el calacacín, minúscula. Valiéndome de una lupa, he podido comprobar que el valor calórico por ración de 75 gramos (si lo comemos entre 3 personas cabemnos a uno 90 gramos cada uno) es de 276 Kcal, más lo que aporta el queso, la mantequilla y el aceite (unas 60 Kcal más por cabeza), pues eso, cerca de 350-400 Kcal (insisto, si lo comemos entre 3).
Para que el plato no se vuelva muy pesado, conviene que no nos pasemos ni con la mantequilla ni con el queso, que además son los ingredientes que, proporcionalmente, aumentan más el valor calórico del plato, sin embargo, la presencia de estos productos lácteos permiten considerar esta receta como una fuente completa de proteínas (aunque, sobre todo, lo que aporta son glúcidos, y , por tanto, energía).
El precio del envase ronda los 2,50 €, si a esto sumamos el precio del resto de los ingredientes, nos queda un coste por comensal de entre 1 y 1,20 €.
En resumen, tenemos un plato sabroso, nutritivo, que se prepara en 20 minutos y que sale a 1€ por cabeza. Creo que podemos darle el visto bueno en nuestra sección de cenas fulleras.
Hoy, por primera vez, publico una receta ajena, en concreto me la ha facilitado mi compañera Lupe, profesora de música, solista de flauta travesera y cocinera aficionada en sus ratos libres.
Esta receta es muy habitual en la provincia de Cádiz, donde se puede encontrar habitualmente en bares y restaurantes de menú del día. Es un plato sano y nutritivo, que aprovecha produco de temporada:
- Los alcauciles, que es como aquí llamamos a las alcachofas, que están en plena temporada. Es una de las pocas plantas de las que comemos la flor, que se forma por la fusión de cientos de flores pequeñas en una sola inflorescencia.
- Las habas, que llenan los campos de cultivo de esta zona en esta época del año. Es una leguminosa y no solo mantiene el campo productivo durante el invierno, sino que además enriquece el suelo en nitrógeno. Las leguminosas establecen una simbiosis con bacterias del género Rhizobium, que son capaces de fijar el nitrógeno del aire e incorporarlo al suelo en forma de compuestos aprovechables por las plantas. El nitrógeno suele ser uno de los nutrientes limitantes en los cultivos y normalmente se añade en forma de abono.
- Los guisantes, que también son leguminosas, aún no están en temporada, pero se consiguen con facilidad,procedentes de los numerosos invernaderos de la zona de Conil de la Frontera o Sanlúcar de Barrameda.
INGREDIENTES (4-5 Personas)
PREPARACIÓN
3. Una
vez preparado el relleno, con ayuda de una cucharilla de café, llenamos las
alcachofas.
4. Ponemos aceite de oliva abundante en la olla. Añadimos lo que nos ha sobrado del relleno de las alcachofas, y lo rehogamos un poco, después añadimos los guisantes, las habas baby y un poco de sal al gusto (no demasiada, pues ya contamos con la sal del jamón). Le damos unas vueltas para que todo se mezcle por igual y colocamos las alcachofas con cuidado para que no se caiga el relleno.
5. Añadimos agua, que apenas cubra las verduras. Se pone el fuego fuerte hasta que rompa a hervir, en ese momento se baja el fuego y se deja con la tapa puesta durante una media hora cociendo a fuego medio-bajo (borboteo contínuo pero suave). Comprobamos que las verduras estén tiernas y si lo están, pues listo.
Si dispones de olla rápida, el tiempo de cocción es de 15 minutos desde que sube la válvula.
UN POCO DE CIENCIA
Esta receta es muy habitual en la provincia de Cádiz, donde se puede encontrar habitualmente en bares y restaurantes de menú del día. Es un plato sano y nutritivo, que aprovecha produco de temporada:
- Los alcauciles, que es como aquí llamamos a las alcachofas, que están en plena temporada. Es una de las pocas plantas de las que comemos la flor, que se forma por la fusión de cientos de flores pequeñas en una sola inflorescencia.
- Las habas, que llenan los campos de cultivo de esta zona en esta época del año. Es una leguminosa y no solo mantiene el campo productivo durante el invierno, sino que además enriquece el suelo en nitrógeno. Las leguminosas establecen una simbiosis con bacterias del género Rhizobium, que son capaces de fijar el nitrógeno del aire e incorporarlo al suelo en forma de compuestos aprovechables por las plantas. El nitrógeno suele ser uno de los nutrientes limitantes en los cultivos y normalmente se añade en forma de abono.
- Los guisantes, que también son leguminosas, aún no están en temporada, pero se consiguen con facilidad,procedentes de los numerosos invernaderos de la zona de Conil de la Frontera o Sanlúcar de Barrameda.
INGREDIENTES (4-5 Personas)
- Seis alcachofas.
- 1 kg de guisantes.
- Medio kg de habas baby.
- 150 gramos deJamón en
taquitos pequeños.
- 4 Cebolletas
- Una cabeza de ajo.
- Pan rallado.
- Aceite de oliva.
- Perejil.
PREPARACIÓN
1. El primer paso es preparar las alcachofas.
Se les corta el tronquito, así como la punta. Seguidamente se le van quitando
las hojas exteriores, que son las más duras, y se deja fundamentalmente el
centro rodeado de las más tiernas. Una vez deshojadas, se abren un poco con las
manos de tal forma que quede hueco en el centro de las mismas, a modo de
pequeños vasos.
2. Una vez preparadas las alcachofas, se
procede a preparar el relleno. Para ello, picamos cuatro cebolletas y una
cabeza de ajo entera. Colocamos esto en un bol, le añadimos el pan rallado, el
perejil, los taquitos de jamón, un chorrito de aceite.
Lo mezclamos todo muy bien.
4. Ponemos aceite de oliva abundante en la olla. Añadimos lo que nos ha sobrado del relleno de las alcachofas, y lo rehogamos un poco, después añadimos los guisantes, las habas baby y un poco de sal al gusto (no demasiada, pues ya contamos con la sal del jamón). Le damos unas vueltas para que todo se mezcle por igual y colocamos las alcachofas con cuidado para que no se caiga el relleno.
5. Añadimos agua, que apenas cubra las verduras. Se pone el fuego fuerte hasta que rompa a hervir, en ese momento se baja el fuego y se deja con la tapa puesta durante una media hora cociendo a fuego medio-bajo (borboteo contínuo pero suave). Comprobamos que las verduras estén tiernas y si lo están, pues listo.
Si dispones de olla rápida, el tiempo de cocción es de 15 minutos desde que sube la válvula.
UN POCO DE CIENCIA
- La receta que se presenta hoy es de las que demuestra que un plato puede ser completo sin necesidad de llevar proteína animal (si se hace sin jamón queda igualmente bien).
- Las leguminosas son un aporte magnífico de proteínas y la combinación con el cereal del pan rallado convierte este plato en una fuente completa de aminoácidos.
- Por otra parte, las leguminosas también son una buena fuente de hidratos de carbono, por lo que nos dan el aporte energético que necesitamos.
- Por último, la combinación de vegetales nos garantiza un aporte variado de vitaminas y minerales.
- Aunque los guisantes frescos no son baratos, el conjunto del plato no pasa 2€ a 2,50€ por persona y es una alternativa sana, nutritiva y deliciosa al consumo diario de carne o pescado.
Todavía con el día de San Valentín en el recuerdo y con la reciente aprobación del matrimonio homosexual en Gran Bretaña, ma han venido a la cabeza las célebres declaraciones de Ana Botella en torno a las peras y las manzanas.
Pero, ¿y si nuestra preclara ex-primera dama no estuviera usando ninguna metáfora?
Pero, ¿y si nuestra preclara ex-primera dama no estuviera usando ninguna metáfora?
Pues hoy, aprovechando que me queda medio bote de la mermelada casera que puse aquí hace una semana voy a hacer una tartita de queso al horno, eso si, con menos azúcar de lo habitual, ya que la mermelada aportará el dulzor necesario, y así podremos sentirnos menos culpables.
Para demostrar la utilidad del post de ayer, hoy propongo una receta de carne al horno realmente original, y que sigue, paso por paso la receta del Doctor Joaquín Pérez Conesa en su libro "Cocinar con una pizca de Ciencia". Es original porque no usa ninguna especia, ni ajo, ni cebolla, ni nada, pero sobre todo, es original porque la carne se hace en tres fases a distintas temperaturas, dando un resultado tan sorprendente como delicioso.
Libros
La biblia de los científicos cocinillas: Cocinar con una pizca de ciencia, de Joaquín Pérez Conesa
Haciendo gala de mi vocación frustrada de hombre del renacimiento, inicio hoy la sección literaria de Cocinar con-Ciencia. Y que mejor manera de comenzarla que hablando del libro que me abrió la mente al descubrimiento de las verdades científicas que hay debajo de los procesos culinarios.
¿Sabías que una tortilla de patatas tiene mucho parecido con el aglomerado asfáltico con el que se hacen las carreteras? ¿Y sabes por qué las alcachofas se ponen negras al poco de cortarlas? ¿Y por qué las judías verdes mantienen mejor su color natural si las cocemos con un poco de bicarbonato? ¿Y sabes como evitar que las alubias sean flatulentas?
Estos son sólo algunas de las curiosidades que se abordan en este magnífico libro.
¿Sabías que una tortilla de patatas tiene mucho parecido con el aglomerado asfáltico con el que se hacen las carreteras? ¿Y sabes por qué las alcachofas se ponen negras al poco de cortarlas? ¿Y por qué las judías verdes mantienen mejor su color natural si las cocemos con un poco de bicarbonato? ¿Y sabes como evitar que las alubias sean flatulentas?
Estos son sólo algunas de las curiosidades que se abordan en este magnífico libro.
Se trata del libro de Joaquín Pérez Conesa "Cocinar con una pizca de Ciencia: Procesos culinarios"
Y es que no podía desaprovechar la temporada de naranjas para hacer esta deliciosa y original ensalada, muy fácil de preparar y con la que quedaréis estupendamente donde quiera que la preparéis..
Como ya digo vamos a aprovechar la temporada de naranjas, que aquí en el sur es excelente. Se producen muchísimas naranjas y, en general, de primera calidad. aquí en Cádiz son muy apreciadas las de San Martín del Tesorillo, un pequeño pueblecito cercano al Estrecho de Gibraltar.
Como ya digo vamos a aprovechar la temporada de naranjas, que aquí en el sur es excelente. Se producen muchísimas naranjas y, en general, de primera calidad. aquí en Cádiz son muy apreciadas las de San Martín del Tesorillo, un pequeño pueblecito cercano al Estrecho de Gibraltar.
Hoy vamos a preparar pescado al horno. En concreto, vamos a hacer una dorada que he comprado en el mercado y que tiene una pinta buenísima.
La dorada es un pescado típico de nuestras costas y que aquí en Cádiz se encuentra con facilidad en el mercado, tanto salvaje como de piscifactoría. Si se puede elegir, la salvaje es más sabrosa y menos grasa, debido a su alimentación más variada y a su estilo de vida más activo.
Hoy os presento una receta muy fácil de hacer y que aprovecha un producto local cuya temporada está comenzando y ya empieza a verse por los mercados, me refiero a la fresa.
Se puede pensar que hay mermeladas en los supermercados muy baratas y de una calidad más que aceptable, pero no es lo mismo comer la que tu mismo has hecho (que sale incluso más barata) aunque sea más trabajosa. Además puedes aprender a controlar las proporciones y encontrarle el punto que más te guste, y sabiendo, por supuesto, que los ingredientes son los que son sin trampa ni cartón.
Se puede pensar que hay mermeladas en los supermercados muy baratas y de una calidad más que aceptable, pero no es lo mismo comer la que tu mismo has hecho (que sale incluso más barata) aunque sea más trabajosa. Además puedes aprender a controlar las proporciones y encontrarle el punto que más te guste, y sabiendo, por supuesto, que los ingredientes son los que son sin trampa ni cartón.
Como bien sabemos, la boca es la vía de entrada del alimento en nuestro organismo, todos sabemos lo que hay que hacer, saborear, masticar, tragar y a partir de ahí, dejamos que nuestro cuerpo actúe solo. En lo que no llegamos a reparar es en la multitud de acontecimientos que tienen lugar en nuestra boca y que influyen en gran medida en la digestión, en el disfrute sensorial del alimento e incluso, en nuestra salud. En esta entrada me propongo mostrar todo lo que ocurre en nuestra boca desde antes de entrar el alimento hasta que "desaparece" en nuestro interior.
1. Antes de entrar en la boca: la salivación
Como ya demostró Ivan Pavlov hace más de cien años, con su célebres experimentos que dieron lugar a los orígenes del conductismo, la salivación comienza antes de que la comida entre en la boca. Esta salivación puede ser inducida por el olor, el sonido o la visión del alimento, incluso por la simple espectativa de ir a comer o por la evocación de un alimento apetitoso, a todos nos ha pasado alguna vez, empezar a hablar de alguna comida y notar como se nos hace "la boca agua".
En estos días se cumplen 40 años de la concesión a la obra maestra de Francis Ford Coppola, "El Padrino", de los premios más prestigiosos del cine (al menos en aquellos tiempos), 5 globos de oro y 3 óscar, incluyendo en ambos casos el premio a la mejor película. No quiero desaprovechar esta ocasión para rendir mi particular homenaje a una de mis películas favoritas y, en mi opinión, una de las mejores de la historia del cine.
Y mi homenaje consiste en intentar emular, en la medida de lo posible, la exquisita salsa de tomate con albóndigas y salchichas que prepara Clemenza para toda la familia Corleone.
Y mi homenaje consiste en intentar emular, en la medida de lo posible, la exquisita salsa de tomate con albóndigas y salchichas que prepara Clemenza para toda la familia Corleone.
Ya sea por los atracones navideños, por la operación bikini, por estética o simplemente por salud, muchas personas deciden iniciar un régimen. "Me paso unas cuantas semanas a base de ensalada y pollo a la plancha y pierdo lo poquito que me sobra". Pero lo cierto es que, si buscamos en la red, podemos comprobar que puedes comer sólo una ensalada al mediodía y otra por la noche y ponerte como una bola.
Hoy voy a iniciar esta sección en la que pretendo mostrar como la alimentación ha servido de inspiración para las composiciones de muchos músicos.
Para empezar, lo haremos con un auténtico clásico, o por lo menos un clásico para los de mi generación.
El 1 de enero de 1984, la segunda cadena de televisión española empezó a emitir un programa llamado "Con las manos en la masa", el primer programa de cocina que se emitía en España y que, en aquellos tiempos de poca variedad, en seguida se convirtió en visión obligatoria para toda la familia.
Para empezar, lo haremos con un auténtico clásico, o por lo menos un clásico para los de mi generación.
El 1 de enero de 1984, la segunda cadena de televisión española empezó a emitir un programa llamado "Con las manos en la masa", el primer programa de cocina que se emitía en España y que, en aquellos tiempos de poca variedad, en seguida se convirtió en visión obligatoria para toda la familia.
Por ser la primera receta, he elegido una muy típica de Cádiz, facilita y con un ingrediente original, los huevos de choco.
Sobre los huevos de choco, existe la creencia popular de que son los testículos del choco (aquí en Andalucía occidental llamamos choco lo que en otros lugares llaman sepia o jibia), sin embargo son un órgano par que aparece exclusivamente en las hembras y es parte de su aparato reproductor, concrétamente se trata de la glándula nidamental, una estructura que protege los óvulos dentro del manto de este molusco. Aunque la imagen corresponde a un calamar, la situación anatómica de las glándulas nidamentales es la misma en el choco.
Sobre los huevos de choco, existe la creencia popular de que son los testículos del choco (aquí en Andalucía occidental llamamos choco lo que en otros lugares llaman sepia o jibia), sin embargo son un órgano par que aparece exclusivamente en las hembras y es parte de su aparato reproductor, concrétamente se trata de la glándula nidamental, una estructura que protege los óvulos dentro del manto de este molusco. Aunque la imagen corresponde a un calamar, la situación anatómica de las glándulas nidamentales es la misma en el choco.
1. ¿Qué son las proteínas?
Las proteínas son biomoléculas orgánicas, que se encuentran formando parte de la estructura de todos los seres vivos. Las proteínas no se encuentran en la materia inerte.
Las proteínas están formadas por uno o varios polipéptidos, que son cadenas o polímeros lineales, formados por la unión de unidades más pequeñas llamadas aminoácidos. En la naturaleza existen una gran variedad de aminoácidos, pero solamente 20 forman parte de las proteínas, siendo los mismos para todo tipo de organismos.
La funcionalidad de la mayoría de las proteínas no sólo viene determinada por su secuencia (orden en que vienen los aminoácidos), sino que es necesario que la cadena se pliegue sobre sí misma adquiriendo una forma tridimensional característica que queda estabilizada por enlaces internos (puentes disulfuro y puentes de hidrógeno) entre aminoácidos distantes.
En la imagen vemos como la cadena de aminoácidos se pliega y algunos aminoácidos establecen conexiones que estabilizan la estructura tridimensional característica de la proteína, fundamental para que funcione.
Configuración tridimensional de una proteína |