Masterchef Junior: Un poco de aire fresco para ventilar la cocina de malos rollos

martes, diciembre 24, 2013

No se si es que me estoy haciendo viejo, o quizás sea que me estoy ablandando poco a poco, quizás es que echaba de menos a Pepe, Jordi y Samantha (o de más a Chicote y sus muñecos), pero confieso que he disfrutado mucho viendo el primer capítulo de Masterchef Junior. Cabe plantearse si es bueno o no que los niños sean utilizados para este tipo de shows y si es normal que los padres lo permitan, pero la sensación que dio fue que los niños se lo pasaron en grande y que el ambiente competitivo quedó muy superado por el compañerismo y la diversión. Para los niños parece haber sido más una especie de campamento temático de cocina que una competición pura y dura.

Tengo que aclarar que de Masterchef Junior no vamos a hacer un seguimiento programa por programa, sino que después de esta primera impresión, esperaremos al final para hacer balance de la serie completa.

El plató de Masterchef, transformado en una especie de "Cortylandia"

Y la verdad es que no me llamaba la atención en absoluto, de hecho he visto el programa esta mañana con mi hija porque ella se ha empeñado, porque me temía lo peor. Y es que generalmente los programas protagonizados por niños son absolutamente infumables, suelen llevar a los más cargantes, a esos que sus padres les han enseñado a hacer monerías que ellos han aprendido a repetir, esos niños que uno se plantea que clase de tara será la que les quede en el futuro cuando sus "gracias" ya no le hagan gracia a nadie (entonces es cuando los padres pagarán al psicólogo para purgar sus culpas....)

Pero resulta que los niños de Masterchef son, altos, bajos, guapos, feos, gorditos, pesados, tímidos, cada cual a su estilo, pero todos son simplemente niños,  niños normales y corrientes que se comportan como tales, con espontaneidad y desparpajo, haciendo las cosas que hacen los niños. Quizás esto, que no debería ser especialmente llamativo, si lo es después de que, hasta hace apenas una semana, hemos estado viendo a los "adultos" de Top Chef comportarse como niños, pero no de los normales, sino como niños creídos y malcriados.

Y para colmo, pasa que en un sólo Masterchef Junior hemos visto más de cocina normal y corriente que en 12 programas completos de Top Chef. Indudablemente los niños han recibido ayuda y asesoramiento, pero queda una vez más demostrado que para cocinar no hacen falta tantas gilipolleces, basta con poner más alma y quizás algo menos de ego en cada plato.


PRIMERA PRUEBA: PLATOS REGIONALES

Tras un pequeño resumen del casting, el jurado presentó esta serie de cuatro programas que se van a emitir durante las navidades. Pepe apareció imitando a Miley Cyrus, pero no seáis mal pensados, no es que apareciera ligerito de ropa y haciendo "twerking" a Jordi (que hubiera sido bastante impactante), sino que salió colgando del famoso reloj de las pesadillas, muy al estilo de la ex-estrella disney en el video de su tema "wrecking ball"


Pepe y Miley, dos versiones de una misma idea

Samantha se presentó como si fuera una especie de hada en un reino de fantasía, esperemos que haya aprendido algo del Masterchef de mayores y no se vuelva la bruja mala. Jordi, por su parte, quiso dejar atrás su fama de niño pijito y nos mostró su alter ego más desenfadaddo y "perroflauta", haciendo malabares mientras hablaba.

Jordi, mostrando lo que aprendió en las acampadas del 15-M

En seguida entraron los protagonistas, 16 niños y niñas venidos de toda España (bueno, sobre todo de León), niños que fueron descubriendo el plató, el supermercado, las cocinas, y que no dudaron en echarse a los brazos de los miembros del jurado (con la grima que le da eso a Pepe)

Dejad que los niños se acerquen a mi....

La prueba consistió en preparar un plato regional del lugar de origen de cada niño. No cabe duda que los niños venían con la lección bien aprendida, porque si no, no se puede entender la buena factura de la mayoría de las elaboraciones presentadas.

Merluza con papas arrugás y mojo picón del canario Daniel (11 años)

En seguida conocimos a la pequeña Noa, de tan sólo 9 años y un desparpajo a prueba de bombas, que nada más escoger los ingredientes de su plato le montó una señora bronca a Eva, la presentadora, porque no había encontrado la mayonesa. Una pena que al final del programa eliminaran a esta malagueña, porque protagonizó buena parte de los mejores momentos del programa.

Noa, probando el género ¿a quién me recuerda?

Noa, intentando aprender a manejar un grifo de estos modernos

Los niños cocinaron tranquilos, sabiendo lo que hacían, soportaron las bromas del jurado sin demostrar ningún tipo de nerviosismo, y es que estos tipos no muerden y a fin de cuentas esto no es más que un juego. Quizás fuera bueno que los mayores tomaran nota de esto antes de comenzar la nueva edición de Masterchef, nos ahorraríamos muchos malos rollos si pensaran más en disfrutar y menos en competir...

Llamó mucho la atención el desparpajo de Rodrigo, madrileño de 11 años que preparó unas migas extremeñas con higos y uvas y que aguantó sin despeinarse la batalla dialéctica al mismísimo Pepe, lástima que al final también resultara eliminado.

Las migas extremeñas de Rodrigo, pintaza

También destacó el benjamín del grupo, Aimar, que se marcó una merluza en salsa verde con almejas que más quisieran Borja o Hung Fai.

Merluza con salsa verde de Aimar

Los ganadores de la prueba fueron Mario (La Rioja, 12 años) por sus patatas a la riojana, Pau (Barcelona, 12 años) por su suquet de marisco y María (León, 12 años) por su crema de nécoras.

El plato ganador de la leonesa María

Y es normal, a la hora de la verdad, los más mayores fueron los que se llevaron el gato al agua.


SEGUNDA PRUEBA: PIZZA GIGANTE

La segunda prueba fue rápida y a mi  personalmente me gustó mucho. Consistió en intentar reconocer los veinte ingredientes con la que se había elaborado una pizza, pero no una pizza normal, sino una de 15 metros que los niños recibieron boquiabiertos.


La pizza...

...y la reacción

Bien le habría venido al bueno de Jesús Almagro entrenar sus papilas gustativas con pruebas de este tipo, hubiera evitada el escabroso asunto del calamar que se convirtió en judía verde. El caso es que lo de menos fue el resultado, fue descojonante ver las reacciones y escuchar los comentarios de los niños a medida que los cocineros iban destapando los ingredientes reales.

Allí empezamos a conocer a Esther, de 11 años y también de León, una niña rellenita y con gafas que no para de hablar como una vieja, pero cuyos comentarios también nos proporcionaron no pocas risas.


PRUEBA GRUPAL: COCINANDO PARA 41

Después llegó la prueba grupal. La elección de equipos fue por sorteo puro y duro y, al contrario que los mayores, aceptaron bastante bien los compañeros que les iban tocando, bueno, sólamente Noa mostró su desacuerdo con que el pequeño Aimar tocara en su grupo, por una razón de peso, el pequeño vasco la llamaba Mister Potato...

Para la prueba, los niños fueron trasladados a Albacete, donde tendrían que cocinar para el grupo estrella entre las preadolescentes, AURYN, y todo el equipo que los acompaña en su gira, en total 41 personas.

La prueba no hubiera salido adelante sin la ayuda de Pepe y Jordi, cada uno en su equipo. el de Pepe preparó arroz con conejo, gen problema para Noa, que adora estos animales e incluso llegó a creer que el que tendrían que cocinar venía de Málaga, como ella, a lo que ella respondió ¿no lo podrían haber traido de Albacete?...

El desarrollo de la prueba fue divertido, las capitanas, las ganadoras de las dos primeras pruebas, María y Cristina (12 años, León) se tensaron excesivamente y, como es normal, no supieron organizar bien el trabajo. Jordi y Pepe las sacaron del apuro.

Los más pequeños fueron los grandes animadores, en el equipo de Jordi, Aimar perseguía a la jefa como una mosca pesada ¿qué hago?, ¿qué puedo hacer ahora?, ¿corto algo?, ¿pelo algo?. En el otro, Noa estaba también aburrida, así que Pepe y Jordi los eligieron de espías del equipo contrario...

Los platos resultantes fueron bastante apetecibles, uno más tradicional y el otro más modernito (cada uno al estilo de su chef de cabecera). Durante el emplatado se vivieron momentos cómicos, como este de Juan (12 años, La Coruña) que no fue capaz de aguantar el llanto ante la tardanza de su equipo...

Estoy pasándolo mal porque no puedo ayudar...

Y al final, pese a que a los comensales gustó más el plato de los de Pepa, el jurado decidió por el de Jordi, vinieron entonces momentos de alegría para uno y tristeza para otros.

Esther lamenta haber perdido la prueba

Pero como los niños son niños, les duró poco la tristeza, justo hasta el momento en que les plantearon que esa misma noche iban a asistir en primera fila al concierto que los Auryn iban a dar en Albacete, así que a otra cosa y a pensar sólo en divertirse.



PRUEBA DE ELIMINACIÓN: LUBINA Y PASTA BRISA

Y llegó el momento más duro del programa, ese en el que tendrían que caer los cuatro primeros niños. Para la prueba, los niños fueron distribuidos por parejas, el primero con el último, el segundo con el penúltimo y así hasta completar ocho equipos.

La prueba, consistente en elaborar platos con lubina o pasta brisa, cocinando alternativamente los miembros de cada pareja, estuvo llena de momentos divertidos y emotivos, como los protagonizados por la pareja Juan-Aimar. Juan, cuatro años mayor que Aimar, al que no pareció gustarle demasiado que le tocara de pareja el pequeño, tuvo que rendirse al desparpajo y buen hacer de éste y finalmente reconoció que había dejado todo en manos de él porque sabía hacerlo mejor.

Juan y Aimar en plena faena

Sacaron este plato tan resultón

Fue muy simpática la reacción de Noa al ver que lo que hacía Pepe, en la cata de su plato, en vez de comerse las colas de los langostinos, se comió la cabeza de uno de ellos entera, con cáscara y todo, "se ha comido el cerebro" se escuchó decir a la pequeña malagueña.

De entre los desastres, destacar el de María y Carlos (10 años, Castellón) un niño simpático y espontáneo que también acabó eliminado. Pretendieron hacer una tarta de chocolate y vainilla, pero primero rompieron la base y luego aguaron el chocolate. Jordi, después de comparar su tarta con la legendaria de Cerezo, les tuvo que decir que no estaba ni buena...

El pequeño desastre de Carlos y María

Y después de probar todos los platos, llegó el temido momento de la eliminación. Y después de cuatro pruebas los elegidos fueron Carlos, Rodrigo, Noa y Remey.

Los eliminados, lamentan lo ocurrido

El momento fue triste, no es bonito hacer llorar a los niños. De primeras, se quedaron de piedra, tardaron en romper a llorar, casi lo hicieron porque es lo que tocaba, pero dentro de que fue un momento amargo, se vieron imágenes impagables, como esta de Carlos consolando a la pequeña Noa.


Pero duraron poco las lágrimas, porque los niños fueron llevados a la sala de juegos donde los esperaba Mario Vaquerizo, cuya presencia en el programa fue lo único que chirrió descaradamente. Les entregaron un trofeo de consolación y lo mejor de todo, una tablet para cada uno. Y se fueron más contentos que unas pascuas, porque, seamos sinceros, si tu tuvieras 9 o 10 años que preferirias, ¿12000 euros para continuar tus estudios o un iPad para ti solito?. Pues eso, que se acabaron las lágrimas.

Carlos y la mallorquina Remey, descubren sus regalos



EN RESUMEN

Creo que el programa está bastante bien planteado, es un show ideal para ver en familia con los niños (sobre todo si son de esa edad). Quizás el metraje es un poco largo, pero la verdad es que te pasas las dos horas con una sonrisa en la boca. No da la impresión de que los niños estén presionados, sino más bien de que se lo están pasando bien haciendo algo que les gusta. El éxito de la serie dependerá de eso, si vemos niños felices por haberse divertido y hecho amigos le pondremos un diez, si los vemos diciendo que era la oportunidad de su vida o un tren que sólo pasa una vez en la vida, habrá que rebajar la nota.

Un aplauso al jurado que, cada uno a su estilo, supo estar a la altura que requería la ocasión, Pepe adora la cámara y se está convirtiendo en un animal televisivo, Jordi, más estirado, estuvo más crítico pero destilaba dulzura en sus comentarios, incluso a Samantha se la vio disfrutar de la experiencia.

Esperemos al final de la serie para hacer un balance algo más profundo. De momento notable alto.

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12 Comentarios

  1. Mis hijos lo vieron y hoy se han comportado como auténticos master chefs junior a ver cuanto les dura

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  2. ¡Feliz Navidad a todos!
    Yo estuve viendo el programa con mi hija de diez años y mi marido tumbado en el sofá, fingiendo indiferencia pero mirando de reojo. Nos lo estábamos pasando muy bien -coincido bastante con tus impresiones-, pero el momento cumbre fue cuando se produjo la eliminación, de pronto mi marido -normalmente un hombre sensato y tranquilo-, saltó del sofá con un rugido como de hiena herida, y se puso a gritar: "Ese guionista es un h... de p...." "¡Cómo se puede hacer llorar así a los niños!" "¡Nunca más volveré a ver este programa de crueldad extrema!" -decía desgañitándose cual Escarlata O'Hara-. Mi hija y yo nos retorcíamos de risa, pero él se mostraba realmente indignado, sobre todo con el llanto de Noa, que le tenía conmovido desde el minuto uno. Cuando se fue a la cama entre juramentos, dijo algo que, sin embargo, me pareció bastante razonabla, aunque sea para próximas ediciones del programa: "El mecanismo de concurso no debería ser como el de adultos, deberían segregarse en dos grupos, uno de los que lo hacen mejor y otro de los menos habilidosos pero SIN ECHAR A NINGUNO. ¡Quiero ver a los dieciséis niños cocinando hasta el final del concurso!". E hizo mutis por el foro, dejándome con la terrible sensación de que me estoy volviendo una bruja fría e insensible por no reaccionar como él.

    saludos

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  3. Me has quitado las palabras del teclado,Javier, yo tambien lo pase en grande con mi hija viendo el programa y ademas,tambien me quede con la sensacion de haber visto mas cocina en un solo programa con los " enanos " que en todos los de los profesionales de Top Chef...cuando menos, a mas de uno de los engreidos del otro concurso [y no damos nombres,pero ya nos conocemos todos ]les podian haber dado una leccion... En fin,esperemos que a ningun chaval le de por osmotizar o nitrogenar... Y Feliz Navidad a todo el mundo!

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  4. Pues totalmente de acuerdo en todo lo que decís!!
    Acabo de ver online el segundo programa porque se me pasó verlo el miércoles, pero ha sido, como el primero, una auténtica gozada... da penita de todos los que se van porque, a diferencia de algunos "adultos" que hemos visto en Top Chef, ninguno de ellos hace que desees su eliminación. Además, las pruebas son divertidísimas y se centran más en verlos cocinar que en verlos pelear, lo cual es un alivio. Los dos programas que van, además, han destilado compañerismo y diversión... Aimar me tiene enamorada, qué encanto de nño y qué pechá de reír que me pegué con el "chupito de zumo de naranja", el "Ala, arreglao", que soltó cuando recogió la torta que se le cayó al suelo o el osito guitarrista de fondant. Me sorprendió su habilidad para modelar las figuras, vale que era una figurita fácil, pero llego a ser yo y por muy fácil que sea se hubiera visto un cuadro. Juan me sorprende por su nobleza, y con Esther me he echado unas buenas risas también... en fin, todos por ahora me caen bien, cada uno a su manera. María era una de mis apuestas fuertes y aunque se haya ido del programa lo sigue siendo, me ha encantado esa niña y espero volver a saber de ella algún día.
    Y bueno, para no enrollarme más, que he gozado como un cochino en un charco con los dos programas que van y me quedo esperando con ganas el siguiente.
    ¡¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!!
    Rosa.

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  5. Totalmente de acuerdo, encantada de ver un programa de cocina que se centra en cocinar y no en pandilleros de tres al cuarto, gente engreida o lloricas pesadas que les encanta ir de victimas, espero que master chef siga con esta dinámica en la segunda edición de los adultos porque así da gusto verlos. Me encanta Aimar, es ese tipo de personas que tiene una imaginación y un don innatos para cocinar y que si con el tiempo se dedica a esto puede ser muy bueno, me hizo mucha gracias cuando en la prueba por equipos Pepe preguntó qué equipo quería que se fuera con ellos y Aimar señaló al equipo contrario. En general, me dejaron asombradas por lo bien que se les da la cocina porque aunque a todos nos pueda gustar desde jovenes lo de meternos entre fogones ya os digo que yo con 8 o 10 años no sabía ni de lejos lo que estos niños (aunque hayan recibida clasecillas me parece que tienen mucho mérito). Lo único que me da un poco más de cosilla es que sus padres les dejen solos siendo tan pequeños con sartenes, aceite hirviendo u otros elementos con los que podrían hacerse bastante daño (si alguno como Aimar parece que le costase incluso llegar a los fuegos) pero a pesar de eso disfruté mucho del programa, se nota la libertad y naturalidad de quién tiene una edad que no le hace estar pendiente cada segundo de lo que puede o no decir y de donde mirar.

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  6. ¡Hola! Acudo fiel a la cita Masterchef, aunque confieso que he estado leyendo las crónicas de TopChef en silencio; pero sólo leyendo, porque el programa no sólo no podía verlo (horario imposible y ausencia de programas completos en la web de la cadena), sino que me ha resultado de lo más anipático.

    Bueno, pues coincido con todos vosotros en que me ha gustado el programa, y eso que los programas con menores protagonistas no suelen gustarme nada (el que más odio es Super Nanny, que sí que hace llorar a los niños cruel e innecesariamente, sin preguntarles además si quieren aparecer en él; en Masterchef, al menos, los niños son muy conscientes de que van a estar en pantalla todo el rato). Pero éste me ha parecido como un campamento de verano muy divertido, instructivo y que la mayoría de los padres no podríamos pagar; con la excepción de las cámaras (aunque creo que las imágenes mostradas han sido muy muy respetuosas con todos los niños) y de las eliminaciones (pero en todos los campamentos se organizan pruebas en las que se gana, se pierde y te eliminan, aunque no te vayas del campamento; y en este caso, el regalo de despedida creo que compensaba bastante el pequeño disgusto).

    Lo he visto yo sola, sin niños, porque mis hijos se han "abonado" a la versión estadounidense de Masterchef y se echan muy buenas risas con los improperios de Ramsay; pero casi lo prefiero, porque así he podido enternecerme a gusto, y es que creo que es una de las características del programa: la ternura. Ternura y respeto, de todo el equipo y de la organización hacia los niños y por parte de los propios niños. Que no digo que no hayan tenido piques y desacuerdos entre ellos (aunque si lo peor que se llaman es Mr Potato, podemos estar tranquilos) fuera de cámara, pero la cordialidad y la solidaridad reflejan a un grupo más unido que enfrentado.

    En cuanto a "favoritos", me decanto claramente por las nenas, aunque sea por variar de mis dos chicazos, a los que adoro, pero reconozco que se me van los ojos a los vestiditos floreados y a las trenzas en el pelo. Me encantaba la mallorquina Remei, tan seriecita, sensata y que se expresaba tan bien, pero me la expulsaron en el primer programa. En cuanto pueda veré el segundo para buscar una nueva niña de mis ojos.

    Por último, el sistema de puntuación y de emparejamiento (el primero con el último, etc.) es muy parecido al que se utiliza en las competiciones deportivas infantiles (al menos en las que participan mis hijos), y me parece bastante justo y equitativo.

    Me ha encantado "volver a casa por Navidad". Una vez más, gracias por ejercer de anfitrión, Javier.

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  7. Se me olvidaban las cosas que no me han gustado:

    - "Pasta brisa" en lugar de "masa quebrada" (pero eso no es culpa de los niños, obviamente): será deformación o purismo profesional (soy traductora), pero no soporto esa traducción literal y absurda de la "pâte brisée", por muy extendida que esté.

    - Intromisiones promocionales: también estaban el Masterchef original y en otros programas; me refiero a la publicidad de aplicaciones, programas, personajes, etc. de la cadena y otros patrocinadores.

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  8. Los niños son ideales, todos ellos con sus hierros en los dientes. Desde luego no han pasado por un casting de telegenia y son adorables, empezando por el terrible Aimar que me ha robado el corazón. En la prueba del oso cuando le preguntan qué habría hecho con dos minutos más ... "tendría los brazos a la espalda y esposado, porque la guitarra es robada". El niño no tiene imaginación ni nada.
    Mario tan seriecito, Esther tan bullanguera y marisabidilla, Juan ... demasiado llorón y competitivo (quiero esos seis puntos, quiero esos seis puntos) y Ana Luna. Da igual quien gane, nos han hecho pasar unos ratos estupendos y asombrosos.
    Y Pepe que es como el ogro gruñón y bonachón, imprescindible. Hasta la insufrible Eva González ha tenido un pasar en este Masterchef, porque en el de mayores sobra cada segundo que habla o aparece en pantalla.

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  9. Un poquito de sensatez, por favor. He llegado hasta la final y me ha encantado el tempo de los montajes. He intentado no adoptar a ninguno de los niños porque me han robado el corazón todos. Discutible el efecto pedagógico-nutricional que prevaleciera unos puntos sobre el culinario: lo de las legumbres era rizar el rizo... De todas formas el programa estaba grabado con un tiempo meteorológico sospechosamente bueno, por meter un poco la nariz. Y varias eliminaciones eran discutibles, por lo que nos han escamoteado tomas en las que podría justificarse la decisión. Por lo demás, daban ganas de probar muchos platos antes que los de los mayores. ¡Que empiece ya Master Chef! Tengo ganas.

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    Respuestas
    1. se grabo cuando se grabo... pero las pruebas finales de estudio fueron días antes de la final para evitar filtraciones

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  10. Me sorprendió la crítica un poco burlona de Pepe a Rodrigo al respecto de las migas extremeñas. El niño innovó introduciendo los higos, pero lo que le criticó Pepe es que las migas no crujieran. ¿Crujir? ¿las migas extremeñas? Perdone usted pero las migas se mojan y no quedan crujientes en absoluto, no son picatostes, son migas. Soy extremeña, hija y nieta de extremeños y he comido migas muchas veces y puedo decirle que las migas extremeñas no crujen, de hecho, a algunas personas cuanto más "mojadas" estén más les gustan (a lo que llamamos que estén "mamonas") Me gustó el programa pero lamenté muchísimo este comentario. Saludos.

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  11. Jejeje me encantó el programa... me lo pasé genial viéndolo!! Todos los de mi clase lo han visto y la verdad es que mercía la pena. Me daban ganas de ponerme a cocinar como ellos... xD En fin todavía me queda mucho
    Yo lo vi con mis padres y me lo pasé muy bien, mira que veo poco la tele pero aun así este programa mereció la pena

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