Desde hace muchos días se viene barruntando la llegada de la "tradicional" fiesta de Halloween. Aunque yo no soy nada proclive a celebrar este tipo de cosas que ni son parte de nuestra cultura ni me dicen absolutamente nada, tampoco puedo vivir ajeno a la realidad y esta es que a los niños les gusta el dichoso Halloween. Este año he decidido no cerrarme en banda y aprovechar para preparar con Manuela un bizcocho relleno con carita y de paso poner una de esas entradas oportunistas que tanto gustan en los blogs de cocina.

Y no es que aquí no tengamos tradiciones para estas fechas, que si que las hay. Aquí en Cádiz, sin ir más lejos, se celebra "Tosantos". En esta fiesta, los puestos de los mercados de abastos montan escenas, normalmente críticas con la situación social, usando como protagonistas sus propios productos caracterizados de los distintos personajes. Es curioso, pero se puede comprender que un niño prefiera disfrazarse y comer chucherías a ver un melón disfrazado diciéndole que hay mucho paro...

Si a esto unimos el machaque al que someten a nuestros hijos desde las cadenas de televisión infantiles, desde los departamentos de inglés de los centros educativos, desde los centros comerciales, hace que los padres no tengamos elección, si no puedes con el enemigo, únete a él. Ahí va mi bizcocho de Halloween.

INGREDIENTES (Para 12 personas)

PREPARACIÓN


1. Pela y despepita la calabaza y quédate con 300 gramos de pulpa.

2. Ralla la calabaza con un rallador de verduras o, si no tienes, con uno de queso que no sea muy fino para que la calabaza no se triture en exceso y suelte demasiada agua. Pon la calabaza rallada en el vaso de la batidora y haz un puré usando el brazo triturador (el normal, vamos).


3. Pon los 4 huevos en un bol y con las varillas de la batidora bate durante unos dos minutos a velocidad media. Añade el azúcar y bate otros dos minutos a velocidad media. Conseguirás una mezcla homogénea de aspecto algo blanquecino.


5. Unta un molde amplio con mantequilla y espolvorea un poco de harina sobre ella para poder desmoldar con comodidad. Vierte la mezcla en el molde.


6. Con el horno precalentado a 170 grados (arriba y abajo y con el aire, si tiene), horneamos el bizcocho surante 50-60 minutos. Para comprobar si esta hecho pinchamos con un palillo y si sale limpio es que ya está terminado. Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.


7. Una vez frío cortamos el bizcocho en dos capas con un cuchillo jamonero (o por lo menos de hoja larga). Rellenamos en interior con una buena capa de mermelada de calabaza y colocamos encima la tapa.

8. Para decorar, imprimimos y recortamos la figura que más le guste a tu hijo o hija y la colocamos sobre el bizcocho. Es bueno que quede bien pegadito a la superficie para que no se cuele azúcar glass por debajo (puedes humedecer ligeramente el papel para que pese más)


9. Espolvoreamos con azúcar glass hasta definir claramente la imagen. Retiramos la plantilla y listo. En mi caso me quedé corto de azúcar, sobre todo por la misteriosa desaparición de medio bote en las últimas semanas. ¿Fantasmas?. No lo creo.




UN POCO DE CIENCIA 

• La sustitución de harina por calabaza aligera mucho el bizcocho de calorías y lo enriquece en vitaminas y minerales. Sin embargo no queda tan esponjoso.
• La calabaza aporta mucha fibra alimentaria. La fibra no es un nutriente para nosotros porque no podemos digerirla, sin embargo, acelera el tránsito intestinal y fluidifica las heces lo que es fundamental para la protección del tubo digestivo. 
• El bizcocho tiene un sabor muy original, destaca el toque de canela y la jugosidad que le aporta la calabaza.
• El aporte energético de este bizcocho es de aproximadamente unas 310 Kcal por ración
• El precio estaría en torno a 0,40 € por comensal