Ya que ha llegado el verano sin anestesia, vamos a hacer un salmorejo, una receta muy sencillita y rápida de hacer, en apenas 15 minutos puedes tenerlo listo. Pero para acompañarlo he elegido una guarnición distinta al habitual jamón y huevo duro, los he sustituido por huevos de choco cocidos y huevas.

INGREDIENTES (Para 4 personas)

• 500 gr de tomates maduros
• 125 gr de pan de 2 o 3 días antes,  preferiblemente sólo la miga ya que la corteza le da algo de amargor y bastante textura y preferiblemente pan de campo que está mas bueno y es más consistente.
• 100 ml de AOVE (Aeite de Oliva Virgen Extra) de calidad
• 1 diente de ajo pequeño
• Media cucharadita de sal
• Unas gotas de vinagre de vino fuerte (opcional)
• 150 gr de huevos de choco
• 1 hoja de laurel
• Más sal
• Dos cucharaditas de huevas. Yo he puesto huevas de lumpo, pero usa las que más te gusten. Yo estoy loco por probar con las huevas de trucha o de salmón, que son rojas y más gorditas. Tiene que ser un espectáculo cuando estallen en la boca...

PREPARACIÓN

1. Ponemos a calentar a fuego vivo una cacerola con abundante agua, un puñado de sal y una hoja de laurel, mientras tanto, limpiamos los huevos de choco eliminando cualquier residuo de aspecto sospechoso.

4. Cuando estén fríos los cortamos en finas láminas.


4. Ahora vamos a escaldar los tomates para quitarles la piel fácilmente. Ponemos una cacerola a fuego vivo con una buena cantidad de agua. Mientras tanto hacemos en el culo de los tomates una cruz poco profunda (desde ahí despegaremos luego la piel).


COMENTARIOS

Existe una creencia bastante extendida de que el salmorejo es un gazpacho espeso, simplemente porque el color es parecido y los dos se hacen con tomate, pero nada más lejos de la realidad. Como veis, el salmorejo no lleva pimiento, ni pepino y poco o nada de vinagre, además, la proporción de pan es bastante mayor.

De hecho el salmorejo es mucho más pesado de comer que el gazpacho y la saciedad se alcanza con una ración relativamente pequeña (estas, de hecho, son pequeñitas).

El resultado es riquísimo. Como ya dije, le puse muy poco vinagre, lo que permite percibir la delicadeza del sabor de los huevos de choco. El juego de texturas es también fantástico, la cremosidad del salmorejo contrastada con la consistencia de los huevos de choco y la delicadeza de las huevas que estallan en la boca. Un auténtico deleite.



Desde el punto de vista nutricional, este plato es una pequeña bomba energética, con los hidratos del pan y bastantes lípidos, eso si, casi todos proceden del AOVE, por tanto, de alta calidad. La inclusión de los huevos de choco y las huevas equilibran las proteínas y los tomates aportan vitaminas y fibra.

Una ración de este salmorejo aporta unas 370 Kcal y su precio ronda los 0,80 €.