La cena de hoy no es sólo fullera porque sea rápida, económica e incluya productos procesados, también lo es porque fomenta la idea del aprovechamiento. ¿Qué hacer con esos dos o tres trozos de pescado que te han sobrado? ¿Lo tiro directamente o espero un par de días a que se pudra?. Aquí está la respuesta, una ensalada completa que sirve perfectamente como cena y que permite salir más que airosamente de la tesitura.

Aunque la ensalada que veis es para 2 o 3 personas, he escalado las cantidades para adaptarlas a 4 personas. En este caso el pescado sobrante era salmón, y os preguntaréis ¿queda bien el salmón cocido? También me lo preguntaba yo, y la respuesta es que es delicioso y perfectamente puede servir de base proteica para un plato como este.


INGREDIENTES (Para 4 personas)

• 1 bolsa pequeña de mezcla de ensalada (la que más te guste)
• 200 gramos de salmón limpio
• 125 gramos de remolacha cocida envasada
• Un poco del caldo de la remolacha
• 125 gramos de queso fresco
• 2-3 cucharadas (depende de tu gusto) de mayonesa de bote, que en nuestro caso fue de la marca Ligeresa
• 1 hoja de laurel
• Sal

PREPARACIÓN

1. En una cacerola grande colocamos a fuego vivo 2 litros de agua con un puñado de sal y la hoja de laurel. Cuando llegue a ebullición ponemos el pescado dentro, bajamos el fuego para que no se salga el agua y lo dejamos cociendo 10-12 minutos.



2. Tiramos el agua y dejamos enfriar un rato. Cuando ya no queme, quitamos las espinas y la piel que queden y desmenuzamos el salmón en trozos pequeños. Lo colocamos en un bol.

3. Le añadimos la mayonesa y el caldo de la remolacha al pescado, cuanto más caldo añadamos, más intenso será el color rosa. Removemos bien con un tenedor hasta tener una pasta de textura y color uniforme.

4. Colocamos en un plato grande de ensalada una base de nuestra mezcla de lechugas. En el centro colocamos la pasta de pescado bien estiradita formando un círculo.

5. Cortamos la remolacha y el queso fresco en daditos de tamaño similar de aproximadamente un centímetro de arista y los colocamos encima de la ensalada de un modo informal pero uniforme.




COMENTARIOS

Esta ensalada, aparte ser muy vistosa, está riquísima y es una manera fantástica de terminar el día sin cargar excesivamente el estómago. El salmón, con su delicado sabor, combina muy bien con la acidez de la mayonesa y el dulzor de la remolacha. El queso le aporta poco sabor, pero una textura cremosa muy agradable.

Los productos sometidos al test de fullerismo en este caso son tres, la mezcla de lechugas, la remolacha cocida envasada y la mayonesa ligera Ligeresa.

La bolsa de ensalada que yo he usado procedía del Lidl y, como otras marcas, contiene lechugas lavadas y troceadas y nada más. Nunca es igual que una lechuga fresca recién cortada, pero para este tipo de ocasiones vienen muy bien y permite mezclar varios tipos de lechuga sin tener la nevera llena de restillos. Este producto pasa con nota a nuestro cajón de la verdura fullera.



La remolacha cocida envasada me parece un producto fantástico. Se envasa al vacío en caliente para evitar contaminación y no contiene ningún aditivo, nada más que remolacha y el caldo de cocción (al menos la que yo he usado). Eso si, una vez abierto, es un producto muy delicado por su alto contenido en azúcares, por lo que hay que consumirlo en pocos días. También queda admitido en nuestro selecto club de productos fulleros.


La mayonesa ligera Ligeresa, como otras mayonesas light, reduce su contenido calórico a base de sustituir aceite (que en las mayonesas normales supera el 70% del peso del producto) por agua. De este modo el agua se convierte en el principal ingrediente y el aceite queda reducido a un exiguo 24%. Para conseguir que esta no-mayonesa parezca mayonesa la lista de ingredientes incluye hasta 13 distintos, un número a todas luces excesivo que habla a las claras del alto grado de procesamiento de este alimento. Por tanto, aunque su sabor es rico y su contenido calórico es más que aceptable, no permitimos el paso de Ligeresa a nuestra nevera fullera y tendremos que buscar otras alternativas para este plato.

Cenas fulleras 1: Risotto medirterráneo

Cenas fulleras 2: Nuggets "enkikados" con humus de garbanzos

Cenas fulleras 3: Empanadillas de atún al horno

Cenas fulleras 4: Hojaldre de espinacas y queso de cabra

Cenas fulleras 5: Bacalao con tomate y arroz tricolor

Cenas fulleras 6: Salmón encostrado con brócoli al vapor (de bolsa)